Anfibios y su llamado de emergencia
Fuente: Anfibios y su llamado de emergencia
Un 40% de los anfibios se encuentra actualmente en peligro crítico, la cifra más alta entre los vertebrados.
Su sensibilidad al cambio climático, a la deforestación y a la acción humana los coloca en una zona de vulnerabilidad.
El biólogo Abel Batista advierte que tal es el riesgo que enfrentan, que se puede tumbar una montaña sin saber que allí existen especies desconocidas para el planeta.
«Son especies muy sensibles que nos ayudan a entender, si les pusiéramos más atención, la dinámica del ambiente y cómo pueden ser afectados esos organismos y los ecosistemas», apunta el experto.
Batista recalca que existen proyectos de investigación que tienen que ver directamente con el cambio climático, los cuales usan anfibios como indicadores.
Los anfibios comprenden a los anuros (ranas y sapos), caudados (ajolotes, salamandras y tritones) y a los gimnofiones (cecilias, criaturas con aspecto de gusano).
En Panamá, los anfibios más populares son los sapos y ranas, sobre todo la dorada, cuyas campañas desde hace décadas tratan de concienciar sobre el riesgo que afrontan.
No obstante, Batista precisa que hay muchas otras en riesgo, principalmente las especies endémicas o que viven en los bosques nublados.
«Las ranas del género Hemiphractus, craugastor ranoides y rana vibicaria son otras de las que están en riesgo», dijo Batista.
En el último lustro, Panamá ha perdido especies endémicas como la rana venenosa espléndida (Oophaga speciosa) y la rana arlequín de Chiriquí (Atelopus chiriquiensis).
El mes pasado, Panamá respaldó la propuesta de Costa Rica para incluir a todas las especies de ranas de cristal en el Apéndice II de CITES.
En el caso particular de estos anfibios, el tráfico internacional en el mercado negro agrava su situación.
«Según estudios científicos de la UICN, los anfibios son los animales en primera línea en peligro de extinción y después vienen los tiburones. En Panamá también tenemos problemáticas serias con los anfibios y podemos hablar específicamente de la rana dorada que es la que más conocemos, y que ya casi se está extinguiendo», expuso en su momento Diana Laguna, viceministra de Ambiente de Panamá.
¿Está todo perdido? La bióloga de la Universidad de Yale, Pamela González, puntualiza que si intentamos conservar las zonas donde se encuentran especies amenazadas, protegeremos también a las especies con datos insuficientes.
Las especies con datos insuficientes suelen ser tan vulnerables como otras más conocidas.