Bebés en riesgo
Fuente: La Estrella de Panamá
Una ola de calor sin precedentes recorre el planeta.
De acuerdo con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de USA (NOAA), cada una de las 4 últimas décadas ha tenido promedios de calor mayores que la anterior. En la presente, 8 de sus 10 años están entre los más calientes de la historia.
Hay más calor actualmente que hace más de 2000 años.
1900 millones de personas, están soportando temperaturas que son las más elevadas de la historia de sus países.
Según el programa Copernicus de la Unión Europea, dicho Continente y USA han tenido en el 2021, un verano sin parangón. Asimismo, las temperaturas en el Ártico triplicaron los promedios mundiales.
Afirma la NOAA que los impactos de los deshielos serán muy fuertes. Anticipa: “lo que pasa en el ártico, no queda en el ártico”.
Dice el Administrador de la Nasa, Nelson, que ante los efectos del sobrecalentamiento de la tierra, sus glaciares y sus océanos, y la proliferación de catástrofes naturales, huracanes, inundaciones, incendios de vastas áreas boscosas, la degradación de los suelos y sequías prolongadas: “el cambio climático es la amenaza existencial de nuestro tiempo”.
Alerta Carlo Bountempo, director de Copernicus, “los sucesos del 2021 son un claro recordatorio de la necesidad de cambios de fondo. Tenemos que tomar pasos decisivos y efectivos, hacia una sociedad sostenible y trabajar para reducir las emisiones de carbón”.
Las mediciones satelitales del programa muestran que siguen ascendiendo las emisiones de gases invernadero, fuente principal del calentamiento global.
Al dióxido de carbono se sumaron 1850 megatones provenientes de incendios de bosques y el metano, el segundo gas invernadero, creció aceleradamente en los últimos 20 años.
Efectos sobre los bebés
Además de los daños regresivos de toda índole que causa el calentamiento global, nuevas investigaciones médicas encontraron que entre los grupos cuya salud es más afectada por el mismo se hallan los bebés y los infantes.
Las correlaciones identificadas son muy significativas: En los lugares más calurosos aumenta en un 16% el riesgo de que los bebés sean prematuros. La ingestión del humo de los incendios de bosques dobla la posibilidad de que el bebé presente defectos severos en el nacimiento.
Más calor puede significar más peso y obesidad futura en el bebé.
Los niños menores de 5 años pierden proporcionalmente más líquidos que los adultos, y su habilidad para regular la temperatura de su cuerpo es inmadura.
El aumento de la polución sube el riesgo de infertilidad.
Esta es un área más de inequidades. Los bebés más expuestos al calor, que residen en viviendas precarias y carecen de sistemas de enfriamiento acusarán más agudamente los daños de los altos calores a su salud.
Hay soluciones
Las más recientes predicciones dicen que es muy urgente sustituir las energías sucias, de origen fósil por energías limpias, de lo contrario hay un 50% de probabilidad de que en el 2030, se pase el temido umbral de 1.5% de incremento de la temperatura sobre la preindustrial.
Mostrando caminos de cambio, USA y Europa aprobaron amplios programas para expandir las granjas solares, la energía eólica, la geotermal y otras verdes. Un ejemplo promisorio, es el avance de los autos eléctricos. En países como Noruega fueron 2/3 de los vendidos en el 2021.
El ser humano es visceralmente afectado por el calentamiento global, comenzando por los bebés. La biodiversidad está sufriendo daños irreversibles. Como advierte el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, “el tiempo se nos está acabando”.