Cambio del uso del suelo mejora la cobertura forestal de manglar en la bahía de Parita
Fuente: La Estrella de Panamá
Durante la última década, la cobertura forestal de manglar en la bahía de Parita muestra un incremento, debido al cambio de uso de los suelo, revela el primer informe del sistema de información geográfica (GIS) del proyecto «Valorando, protegiendo y mejorando el capital natural costero de Panamá».
De acuerdo con el estudio, el aumento en la superficie de manglares entre los años 2012 y 2021 se debe a un mejor control en las actividades de la tala dentro de las áreas protegidas y a la disminución del uso de la superficie en actividades como el cultivo de arroz y la cría de camarones.
El primer informe del proyecto para la valoración, protección y mejoramiento del capital natural costero se dio a conocer hoy, 1 de febrero en la víspera del Día Mundial de los Humedales, este 2 de febrero.
La iniciativa, desarrollada por National Audubon Society y la Sociedad Audubon Panamá, en coordinación con el Ministerio de Ambiente, busca incorporar soluciones basadas en la naturaleza (SbN) en la planificación y la política pública nacional y regional, combinando ciencia, políticas públicas y relaciones con la comunidad
El proyecto se desarrolla con una inversión de $ 2.3 millones, con recursos provenientes del Fondo de Carbono Azul del Reino Unido, (que apoya la captura de carbono, la biodiversidad, el bienestar humano y la resiliencia costera) y administrado por Natural Capital Lab del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Se informó que la iniciativa será implementada en el humedal de bahía de Panamá, con su mosaico de paisajes urbanos y hábitat de manglares, y en la bahía de Parita, un paisaje rural en estado de transición en las provincias de Coclé, Herrera y Los Santos.
La bahía de Panamá está ubicada específicamente al sur de la costa de la provincia de Panamá. Forma parte del golfo de Panamá, y en sus costas se encuentra la ciudad de Panamá y el acceso Pacífico del canal de Panamá.
Desde 2003, la bahía de Panamá es considerada un sitio Ramsar, como un humedal de importancia internacional, pero está siendo impactada por el creciente desarrollo urbano de la ciudad. Según el World Resources Institute, la bahía está sufriendo una «crisis eutrófica o crisis distrófica».
Mientras que la bahía de Parita o golfo de Parita es un golfo interior o entrante localizado en el extremo occidental del golfo de Panamá, entre la desembocadura del río La Villa y la desembocadura del río Grande. Comprende parte del litoral de las provincias de Coclé y Herrera, en el centro de Panamá.
“Elevar la importancia de los ecosistemas de manglares costeros de Panamá y los humedales relacionados, destacando el carbono que secuestran y la biodiversidad y medios de vida que sustentan, para garantizar su protección y mejoramiento, es lo que se busca a través de este interesante proyecto», explica el subdirector para las Américas de National Audubon Society, Matthew Jeffery.
De acuerdo con la fuente, este nuevo proyecto ayudará a Panamá a incluir el carbono azul asociado al capital natural costero en las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC) del país en el marco del Acuerdo de París.
También apoyará esfuerzos para la adaptación climática, la disminución de la degradación y la deforestación, con especial interés en crear mecanismos que impulsen la financiación para la conservación de los manglares y humedales.
Estado de los ecosistemas de manglares en la Bahía de Parita
La costa del Pacífico de Panamá alberga más del 95% de los manglares del país. El área de estudio de bahía de Parita ocupa una superficie de 47,297.32 Ha, y se localiza sobre la línea costera de las provincias de Coclé, Herrera y Los Santos, caracterizadas por la diversidad en cuanto sus actividades agrícolas e industriales, por su valor biológico, ecosistémico y cultural, y debido a su importancia para las aves migratorias del Arco Seco del Pacífico Panameño.
Dentro del área de estudio se encuentra las áreas protegidas del Refugio de Vida Silvestre El Peñón de Honda, el Parque Nacional Sarigua y el Refugio de Vida Silvestre Cenegón del Mangle.
El análisis a través de imágenes satelitales para el año 2021, revelan que la superficie de bosque de manglar fue de 28.31%, mientras que para el año 2012, de acuerdo al mapa de Cobertura Forestal y Uso de Suelo (MiAmbiente 2012), la superficie fue de 24.83%, lo que indica un incremento del 3.48 % o sea 1,645.54 hectáreas.
Recalca que del total de superficie ocupada por bosque de manglar para el año 2021 en Bahía de Parita (13,397.46 Ha), el 14.52 % (1,945.56 Ha) están dentro de áreas protegidas y el 85.48 % (11,451.90 Ha), se localizan en área no protegidas por el Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Ministerio de Ambiente de Panamá.
Respecto al análisis de cambio en el uso de suelo, para los años 2012–2021, la comparación realizada por el consultor SIG para el proyecto, José Miguel Guevara, indica que dentro de área de estudios las categorías que han presentado un crecimiento en su superficie son: el área ocupada con albinas con un incremento de un 0.78%, el bosque de manglar con un 3.48 %, el cultivo de maíz con 0.13 %, la cobertura de vegetación baja inundable con 1.41%.
Por otra parte, aquellas categorías que presentaron una diminución de ocupación en la superficie para el año 2021 son: las áreas cultivadas con arroz con -1.44% y las áreas dedicadas a las industrias de la cría de camarones con -1.52%.
Por lo que el informe concluye, la disminución de ocupación de la superficie en actividades como el cultivo de arroz y la cría de camarones han contribuido de manera directa a la recuperación de áreas de bosque de manglar y áreas con vegetación baja inundable.
¿Por qué son importantes los manglares?
Científicos afirman que la causa principal del cambio climático es la gran cantidad de emisiones de carbono y otros gases efecto invernadero. Los manglares secuestran carbono a tasas superiores, por unidad de superficie, que los bosques terrestres ya que almacenan el carbono tanto dentro de su biomasa (hojas, raíces, madera y tallos) como en sus suelos orgánicos (ricos en carbono).
Se estima que tan solo 1 hectárea de bosque de manglar puede retener hasta 1,000 toneladas de CO2. Su suelo emite niveles bajos de metano debido a la salinidad y esto favorece su captura. Además, por debajo del agua, los manglares acumulan cinco veces más carbono que en la superficie.
Sus características únicas les permiten capturar una gran cantidad de CO2, incluso más que los bosques en la Amazonía. Esta captura de carbono contribuye a desacelerar el cambio climático global.
Recientes mediciones ubican a Panamá entre los 20 primeros países del mundo en cobertura de manglares. Sus más de 174 mil hectáreas de manglar, capturan cerca del 1.8% del carbono del planeta. Y en cuanto a biodiversidad, cada año, entre 1 y 2 millones de aves playeras migratorias alimentan sus viajes en los ricos fangales de Panamá, lo que hace que el país sea extremadamente importante para más de 120 especies de aves migratorias y más de 1,000 especies de aves locales.
Junto con sus humedales asociados, los manglares brindan importantes servicios ecosistémicos, incluida la protección costera, la purificación de agua, el secuestro de carbono, además que sirven de hábitats para una gran variedad de biodiversidad, así como de apoyo a actividades económicas.
Un estudio desarrollado por Costanza en 1997 revelaba que las evaluaciones globales a gran escala estiman que los manglares proporcionan al menos $1.6 mil millones cada año en servicios ecosistémicos que capturan carbono, apoyan los medios de vida costeros y las comunidades de todo el mundo.
El incremento en la cobertura forestal de manglar entre el 2012 y 2021, debido al cambio de uso de los suelos en la Bahía de Parita, reflejado en el primer informe GIS, es una excelente noticia para Panamá y el mundo. Noticias como esta nos demuestran que valorar, proteger y mejorar el capital natural costero para combatir los efectos del cambio climático es posible combinando ciencia, políticas públicas coherentes y el compromiso de los diversos actores de la sociedad: empresas, ong, gobierno, comunidades; para la implementación de soluciones basadas en la naturaleza
¿Para qué proteger los manglares?
Dentro de las rezones, explican que línea costera panameña está experimentando una rápida expansión y desarrollo urbano, lo que ha contribuido a una pérdida del 68% de la cobertura de manglares desde 1980 (López Angarita, 2016). La expansión hacia el este de la ciudad de Panamá (población 880.000) ha causado la mayor proporción de pérdida de manglares en el país (Kaufmann, 2012). Más al oeste a lo largo de la costa del Pacífico, la Bahía de Parita enfrenta pérdidas de manglares debido a la tala para el cultivo de camarón y la producción de sal (Bolaños, 2012). Esto ha afectado negativamente a las comunidades locales y ha provocado inundaciones y erosión costeras, pérdida de oportunidades de sustento, etc.
La contaminación plástica asociada con el aumento de la urbanización también se ha identificado como una amenaza para los manglares de Panamá (Sociedad Audubon de Panamá, 2015) ya que se acumula en los sitios de manglares, sofocando las raíces y causando muertes.
Dadas estas presiones, las cuencas hidrográficas que desembocan en la bahía se consideran muy vulnerable al cambio climático (Tercera Comunicación Nacional Sobre Cambio Climático de Panamá) que genera grandes preocupaciones para la seguridad alimentaria, los medios de vida locales, la economía y la biodiversidad.
Después de décadas de deterioro, los manglares, los humedales relacionados y el hábitat de las mareas ahora están siendo reconocidos a nivel mundial por el importante papel que desempeñan en la mitigación y el desarrollo de la resiliencia al cambio climático junto con otros servicios de los ecosistemas que benefician a las personas y la biodiversidad.
Las nuevas herramientas basadas en la ciencia y la buena gobernanza permitirán adoptar las medidas necesarias para gestionar los manglares en beneficio de todos, sin sacrificar la biodiversidad, el agua y otros recursos naturales, así como también identificar los mecanismos de financiación para su gestión. Por tanto, «Valorar, proteger y mejorar el capital natural costero de Panamá es tarea de todos», concluyó.