El zoocriadero de Edwin Batista

Fuente: Metro Libre

En La Espigadilla de la provincia de Los Santos, el agricultor Edwin Batista tiene diez años construyendo un santuario para animales en peligro de extinción.

El zoocriadero de Batista y su familia acoge a saínos, iguanas verdes, venados de cola blanca, loros amarillos, cocalecas, pavos salvajes, mono araña, pava de monte, pavo real, y pavones.

El ministerio de Ambiene asiste técnicamente con biólogos, médicos veterinarios a los zoocriaderos para que cumplan con las normas de adeucación aprobadas.

“Esto vale la pena. Tener un animal en extinción y que se reproduzca es un éxito”, confesó Batista, un campesino que quiere dejar un legado a sus nietos y a las futuras generaciones.

“Nuestro plan es proteger, reproducir, donar y liberar”, insistió.

Según el técnico en biodiversidad del MiAmbiente, Alexis Rivera, para tener un zoocriadero se necesita “la voluntad de la persona” y cumplir con un plan de manejo de cada animal.

En los Santos hay 46 zoocriaderos operando y 13 han solicitado un permiso de apertura.

Precisó que el propósito del zoocriadero es reducir la cacería y proteger a las especies en peligro.

La bióloga Anaury Ayarza reveló que en Panamá funcionan 146 zoocriaderos y 139 se encuentran en proceso de registro en MiAmbiente.

Iguanas verdes, conejos pintados, venados colas blanca, mariposarios, venado de cola blanca, ñeques, cocodrilos, tortugas de pata roja y centros de conservación de perezosos son acogidos en los principales zoocriaderos del país.

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