Futuro de área protegida de Donoso va a consulta pública
Fuente: La Prensa
Después de más de 10 años de haberse declarado como un área protegida, el Estado, a través del Ministerio de Ambiente, dio inicio a un proceso de consulta para la elaboración del plan de manejo del área de uso múltiple de Donoso, en la provincia de Colón.
Esta semana, el Ministerio de Ambiente publicó en su sitio web el borrador del documento sobre Donoso y los interesados en este proceso tendrán hasta el próximo 5 de abril para presentar sus observaciones.
Un plan de manejo es el instrumento de gestión ambiental que norma el uso de los suelos en determinada área protegida o reserva.
Para el ministro de Ambiente, Milciades Concepción, después de tantos años es momento para desarrollar un plan que permita regular la situación dentro de Donoso, ya que en 2009 se declaró todo el distrito como área protegida, lo que trajo como consecuencia que viviendas, iglesias y fincas privadas, entre otras propiedades, quedaran atrapadas dentro de la declaratoria y no se pudieran titular.
“Esperamos que los ciudadanos den sus opiniones y hagan sus observaciones al respecto”, dijo Concepción.
Según el borrador del documento, la biodiversidad de Donoso es de trascendental importancia para el patrimonio natural de Panamá, debido a su estratégica posición en la vertiente del Caribe, ya que mantiene una conexión viable de tierras no desarrolladas, clave para mantener la conectividad del corredor biológico del atlántico panameño.
“La conservación de sus recursos naturales y la recuperación de las zonas deforestadas, necesitan de una planificación que permita un manejo adecuado y a la vez promueva el desarrollo sostenible”, dice el escrito.
Para tener una idea del valor ecológico de esta zona del país, Donoso brinda refugio a más de 650 especies de flora y fauna, la mayoría amenazadas, raras, endémicas regionales, binacionales y nacionales, de distribución restringida, con poblaciones vulnerables y en peligro de extinción.
Los estudios registran la presencia de unas 256 especies amenazadas, entre las que se incluyen 70 especies de plantas, 25 de mamíferos, 69 de aves, 49 de reptiles y 43 de anfibios. Además, la riqueza de especies acuáticas y marinas del área de Donoso incluye 24 especies de peces, dos de moluscos y tres de crustáceos, tanto de agua dulce como marino costeros.
Los problemas
El plan de manejo también advierte que una de las principales características del distrito de Donoso y del de Omar Torrijos es la escasa presencia institucional, y las pocas que existen están localizadas en Miguel de la Borda, cabecera del distrito de Donoso, que es donde se encuentra localizado el gobierno municipal, un puesto de policía y el centro de salud.
Esta poca presencia institucional se ha convertido en uno de los principales problemas del área, especialmente relacionado con la seguridad ciudadana. A su vez, cita como problemas ambientales o amenazas la reducción de hábitats, la deforestación en riberas de ríos, la contaminación de las aguas, el manejo inadecuado de los desechos sólidos y la erosión de suelos y pérdida de fertilidad, así como inundaciones por fuertes lluvias y la explotación inadecuada de los recursos naturales.
En cuanto a la tenencia de tierras, de acuerdo con la información levantada en campo —a través de los talleres comunitarios y entrevistas—, la mayoría de las fincas del área no tienen título de propiedad. Es decir, que prevalece el derecho posesorio, aun cuando los pobladores reconocen la importancia de regular su condición tendencial, especialmente, por la especulación inmobiliaria en áreas costeras que ha llevado al acaparamiento y especulación de tierras.
Actualmente, el área de uso múltiple de Donoso comprende 177 mil 65 hectáreas y hay en trámite para la zona mil 796 solicitudes de titulación de tierras, que abarcan unas 71 mil 903 hectáreas. A esto hay que agregar la concesión minera, que abarca 12 mil 955 hectáreas, lo que supone que, entre trámites de titulación y la concesión minera, hay un 48% de la superficie del lugar solicitada.
De momento, el diagnóstico del Ministerio de Ambiente identificó que la ganadería y la agricultura constituyen las actividades económicas que mayor extensión de territorio han ocupado. No obstante, también la minería posee un papel importante dentro de las actividades económicas que se realizan en el área. La minería se despliega fundamentalmente en el sector oeste del área protegida.
La propuesta
Como parte del análisis realizado, el documento publicado por el Ministerio de Ambiente propone que el área protegida se divida en siete zonas de uso, por ejemplo, una zona de conservación absoluta, otra de protección hídrica y una de uso intensivo, entre otras.
En ese contexto, una de las zonas más extensas sería la de conservación absoluta, la cual comprendería las áreas naturales que presentan poca o muy poca intervención humana, con ecosistemas frágiles y bosques maduros.
Los bienes y servicios ambientales que presta esta zona son de gran importancia para la conservación biológica y requieren un grado máximo para su protección. Su extensión sería de 68 mil 905 hectáreas.
La zona de uso intensivo sería la más extensa, con 88 mil 41 hectáreas, y abarcaría áreas que presentan un alto grado de alteración de los ecosistemas por asentamientos humanos y actividad agropecuaria. Allí se permitiría el desarrollo de actividades agrícolas, ganaderas y turísticas.
También habría una zona de uso especial, la cual correspondería al polígono concesionado por el Estado para el desarrollo minero industrial, con una extensión de 16 mil hectáreas.
Para Isaías Ramos, biólogo del Centro de Incidencia Ambiental, concretar un plan de manejo de Donoso es un paso en una zona abandonada por décadas y con nula fiscalización por parte de los diferentes gobiernos.
Sin embargo, subrayó que este plan debe surgir del firme convencimiento de no seguir destruyendo lo existente y que las comunidades deben ser apoyadas en actividades sostenibles que mejoren su vida. “Utilizar cualquier mecanismo como estrategia para lavar la minería en la zona y justificar su existencia, no sólo sería contradecir la razón de ser de un área protegida, sino otro mecanismo para que, hablando de ambiente, se sigan destruyendo los ecosistemas”, concluyó.