Huella hídrica: ¿cuánta agua cuesta fabricar un producto?
Fuente: La Estrella de Panamá
Arjen Y. Hoekstra define el concepto de huella hídrica como el indicador del uso del agua en relación con el consumidor. Según el autor, el concepto se refiere el uso del agua como un indicador medioambiental que define el volumen total de agua dulce utilizado para producir los bienes y servicios que habitualmente consumimos.
Hoekstra indica en su publicación ‘La huella hídrica: la relación entre el consumo humano y uso del agua’, que la huella hídrica de un producto es el volumen de agua dulce que se utiliza para producir un artículo y se mide durante los distintos pasos de la cadena de producción, lo que nos da el agua medida en términos de volúmenes consumidos o contaminados durante ese proceso.
Así, cuando hablamos de consumo de agua nos referimos al agua evaporada o incorporada a un producto y, el acceso a esta depende de la ubicación geográfica donde se realice el proceso, por lo que la huella hídrica es el indicador geográficamente explícito que muestra los volúmenes de uso del agua y la contaminación que generamos según nuestra ubicación geográfica, tanto como país, como por personas.
Una huella hídrica generalmente se divide en tres componentes, la huella hídrica azul, verde y gris.
La huella hídrica azul es el volumen de agua dulce que se evapora de los recursos globales de agua azul (superficie y agua subterránea).
La huella hídrica verde es el volumen de agua evaporada de los recursos hídricos verdes globales (agua de lluvia almacenada en el suelo).
La huella hídrica gris es el volumen de agua contaminada, que se cuantifica como el volumen de agua que se requiere para diluir los contaminantes hasta tal punto que la calidad del ambiente y del agua donde se vierten las aguas tratadas, permanecerá por encima de los estándares de calidad del agua acordados. En el caso de Panamá, será según las reglas de la Comisión Panameña de Normas Industriales y Técnicas (Copanit) del Ministerio de Comercio e Industrias (Mici).
Si la huella hídrica sirve para que quienes utilicemos agua dulce en nuestras actividades diarias, tomemos conciencia del consumo que necesitamos para realizarlas y, así, establezcamos un manejo eficiente del agua con la fijación de objetivos para su consumo y sostenibilidad, es importante considerar algunos de los promedios globales de la huella hídrica según cultivos y productos animales.
En su reporte, Hoekstra publica datos de la huella hídrica por unidad de peso en litros por kilogramo (L/kg) siendo que para producir leche se consumen 863 L/kg de huella hídrica verde, 86 L/kg de huella azul y se producen 72 L/kg de huella gris, lo que da un gran total de 1020 L/kg.
Para producir huevos se consumen 2592 L/kg de huella hídrica verde, 244 L/kg de huella azul y se producen 429 L/kg de huella gris, lo que da un gran total de 3265 L/kg.
Para producir frutas se consumen 726 L/kg de huella hídrica verde, 147 L/kg de huella azul y se producen 89 L/kg de huella gris, lo que da un gran total de 962 L/kg.
El porcentaje más alto (98%) de la huella hídrica de los productos animales se refiere a la huella hídrica del alimento para los animales. En cambio, el agua potable para los animales, agua de servicio y agua de mezcla de alimentación representa el 1,1%, el 0,8% y el 0,03%, respectivamente.
Conocer estos porcentajes sobre la complejidad de nuestro sistema alimentario en general y el sistema de productos animales aporta información sobre los vínculos existentes entre los alimentos que compramos y el uso de los recursos hídricos asociados a su producción.
William Muñoz Quintero publicó el ‘Cálculo de la huella hídrica en fincas ganaderas ubicadas en la cuenca del río La Villa, Panamá’ a través del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) e indicó que la huella hídrica promedio en las épocas de producción para un litro de leche fue 3682, 3708 y 3718 litros de agua por kilogramo de peso (L/kg) en fincas con tecnología alta, tecnología media y tecnología baja, respectivamente.
Muñoz explica que la diferencia marcada entre los valores de huella hídrica calculados por Hoekstra y sus hallazgos científicos, puede deberse a los puntos críticos existentes de acuerdo con cada tecnología ubicados en las fincas de estudio.
En las fincas de alta tecnología se encontró poco control en los usos de agua para lavados de salas de ordeños, en las fincas con alta, media y baja tecnología se hallaron fugas de agua en tuberías de conducción del agua hacia las fincas y el uso de riego por inundación en forrajes. En el caso de las fincas con baja tecnología se encontraron pocas actividades de conservación de nacientes y fuentes agua, y falta de mejoramiento genético continuo en el ganado.
El autor apunta al mejoramiento de actividades o al diseño de estas actividades basadas en la comprensión de las realidades de los dueños de fincas, pues para asegurar la disminución de la huella hídrica o para llegar a valores del estándar a nivel global es imprescindible incluir actividades, tales como, el manejo integral de cuencas para su protección como fuentes de abastecimiento, y la optimización del recurso hídrico en todas las fases de uso del agua durante el proceso de la producción de leche.
Agua virtual
Este concepto innovador de Hoekstra ayuda a que las naciones y sus ciudadanos reconozcan que cada vez más la escasez de agua dulce y la contaminación son partes del mismo problema a escala global y local, porque el agotamiento y la contaminación del agua en cada país están estrechamente vinculados a la estructura de la economía global.
Además, el aumento del comercio entre naciones y continentes impulsa el agua a ser utilizada con mayor frecuencia para producir bienes de exportación, dado que las naciones generan ingresos a través del comercio internacional de productos básicos.
En el caso de Panamá, el comercio internacional se desarrolla a través del Canal; esto lo hace parte de forma implícita de la transferencia de agua a larga distancia a través del agua virtual, que no es más que el volumen de agua que se ha utilizado para producir una mercancía y que, por lo tanto, está prácticamente incrustada en dicha mercancía. Es decir, el Canal es parte de la huella hídrica en el transporte y logística de bienes a nivel global.
Cuando entendemos el comercio mundial basándonos en los flujos de agua virtual que entran y salen de un país, podemos comprender el porqué el agua es escasa en un país, desde una manera más real, pues consideramos los vínculos entre los bienes de consumo y los impactos en los sistemas de agua dulce. Esto puede mejorar nuestra comprensión de los procesos que impulsan los cambios impuestos a los sistemas de agua dulce (hidroeléctricas, plantas de tratamiento, ríos encauzados), y ayudar a desarrollar políticas de gobernanza del agua.
Panamá puede utilizar el concepto de huella hídrica para analizar el consumo y contaminación del agua a lo largo de las cadenas de suministro y, con ello, evaluar la sostenibilidad del agua al utilizarla y explorar dónde y cómo se puede reducir su uso.