Los manglares, bosques marinos en peligro
De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, estos humedales junto con los efectos del cambio climático, como el aumento del nivel del mar y de las temperaturas, se encuentran en una situación crítica y es preciso tomar acciones
Fuente: Los manglares, bosques marinos en peligro
Autora del Articulo: Yelina Pérez Sánchez
A pesar de prestar inestimables servicios a las personas y al planeta, la mano del hombre está desapareciendo con rapidez el ecosistema de manglar, así lo describen los expertos internacionales en medio ambiente.
De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), junto con los efectos del cambio climático, como el aumento del nivel del mar y de las temperaturas, los manglares se encuentran en una situación crítica porque su madera es valiosa y apreciada por las comunidades costeras, ya que es la fuente principal de material para la construcción, el combustible e incluso las medicinas. La urbanización costera desenfrenada y las prácticas agrícolas y acuícolas insostenibles completan la larga lista de peligros para estos bosques marinos.
Pero lo que el hombre no sabe es que estos árboles marinos son una barrera natural contra mareas y huracanes, evitan la erosión de las costas, aportan a la producción de oxígeno, proporcionan alimento y refugio a una gran variedad de fauna y flora silvestres, así como hábitats de cría para peces y crustáceos valiosos para su uso comercial.
Según el Pnuma, los manglares de todo el mundo retienen en sus raíces, troncos y suelo hasta 22,8 millones de toneladas de carbono cada año. De hecho, cuando los manglares son talados masivamente y se producen incendios, las emisiones de CO2 que se lanzan a la atmósfera representan casi una quinta parte de las emisiones globales de la deforestación.
Sin embargo, aún hay esperanza para los manglares. En ocasiones, colaboraciones innovadoras pueden conducir a soluciones sostenibles. En los últimos tres años, Panamá ha adoptado medidas para el cuidado y preservación de los manglares en ambas costas del país.
La Dirección de Costas y Mares del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) explica a La Estrella de Panamá que si el ecosistema de manglar desaparece “perderemos el mayor reservorio de carbono para la lucha contra el cambio climático, lo que haría más fuertes los problemas que esto genera”.
Desde esta dirección, también mencionan que se perdería una barrera natural que “nos protege del oleaje, las mareas, los huracanes, los tsunamis y aumentaría los procesos de instrucción salina que puede afectar los suelos y acuíferos en el sector costero”.
“Si los manglares desaparecen, perderíamos un bosque que genera oxígeno y sirve para mantener la biodiversidad de flora y fauna, afectando la producción pesquera al no contar con las guarderías naturales en donde especies de peces y camarones hacen sus primeros estadios, para luego salir a mar abierto donde son aprovechados”, explican.
A su vez remarcan que al cuidar estos ecosistemas “podemos mejorar los medios de vida de las personas, contrarrestar el cambio climático y detener el colapso de la biodiversidad”.
De hecho, una reciente investigación del Pnuma muestra que los ecosistemas de manglares sustentan las economías globales y locales al respaldar la pesca, proporcionar otras fuentes de alimentos y proteger las costas. Además, cada hectárea de bosque de manglar representa un valor estimado de entre $33.000 y $57.000 por año.
“Con el mundo en riesgo de vivir un aumento de temperatura de más de 3°C a finales de este siglo, los manglares también son un aliado invaluable en la carrera por adaptarnos. Estos ecosistemas pueden extraer hasta cinco veces más carbono de la atmósfera que los bosques terrestres, y protegerlos es mil veces menos costoso por kilómetro que construir diques de contención”, reitera el Pnuma.
Otros beneficios
De acuerdo con MiAmbiente, los manglares generan una gran cantidad de beneficios para el ser humano. Entre ellos, que sirven de plataforma para promover la biodiversidad, tanto de flora como de fauna; son zonas utilizadas para el desarrollo de los primeros estadios de una gran cantidad de especies comerciales como peces y camarones, que luego son utilizadas para alimentación; al ser plantas producen oxígeno a través de la fotosíntesis; son filtradores naturales que evitan que llegue basura y contaminantes de tierra firme al mar; son reservorios de carbono que apoyan la lucha contra el cambio climático; son barreras naturales que protegen las costas del efecto de las mareas, los oleajes, los huracanes y los tsunamis; también protegen tierra firme de los efectos de la brisa (salada) del mar, que puede afectar las propiedades de los suelos; representan zonas con potencial para el ecoturismo; representan zonas con materia prima para diferentes actividades, que dependiendo de como se hagan pueden ser o no, sostenibles.
Además, los manglares son hábitats de aves como pelícano, cormorán, gaviota y gaviotín, de la nutria de río neotropical, cocodrilo americano y mono araña de Geoffroy.
A su vez sirven como hábitat para muchas especies de moluscos, crustáceos y peces en las primeras etapas de su vida, previo a su entrada a mar abierto.
Proyectos en Panamá
Para José Julio Casas, director de Costas y Mares, todas las provincias de Panamá cuentan con la presencia de manglar.
El territorio dispone de 177.293 hectáreas de manglar en todo el país, de las cuales 164.124 están en el litoral Pacífico y las restantes 13.169 están en el Caribe. Esta cobertura representa el 2,4% de la cobertura boscosa del país y el Ministerio de Ambiente está comprometido a velar por su conservación y aprovechamiento sostenible.
Según datos del Plan de conservación para los humedales de la bahía de Panamá, esta zona tiene más especies de cangrejos violinistas que cualquier otro lugar del mundo, con un total de 271. Estos animales son uno de los elementos más visibles de la fauna en los bosques de manglar en todo el planeta.
Añadió que actualmente existen varios proyectos de recuperación y restauración de manglares tanto en el Caribe como en el Pacífico panameño, “se trata de proyectos aliados con oenegés y otras entidades gubernamentales o con empresas que tienen que cumplir requisitos de compensación ecológica por afectación que hayan ejecutado.
Para citar algunos, podemos compartir que en la provincia de Panamá Oeste se le está dando seguimiento al menos a 500 hectáreas, gran parte en el área de bahía de Chame; en Colón en el área de isla Galeta se han recuperado 20,1 hectáreas; además, se está llevando a cabo la restauración hidrológica y reforestación en la provincia de Coclé de al menos 20 hectáreas, que deben garantizar un mantenimiento de al menos cinco años para asegurar su sostenibilidad a largo plazo, dijo el experto.
“También hay que señalar que estamos trabajando para sistematizar los demás proyectos de restauración y reforestación de manglares en el resto del país, para crear a final de año un registro nacional digitalizado a largo plazo”, puntualizó.