Fuente: Metro Libre

Panamá ha sido desde su surgimiento un corredor natural de fauna, en especial de monos que cumplen un rol importante dentro de los ecosistemas.

“La mayoría de ellos, sino todos, son dispersores de semillas, es decir que mantienen la integridad del bosque y permiten su regeneración”, explicó la médica veterinaria del Parque Municipal Summit Diorene Smith Cabellos.

Se han contabilizado en el país nueve especies y trece subespecies, algunos son: mono nocturno, tití panameño, tití chiricano, cariblanco, capuchino, aullador de Azuero, aullador de Isla Coiba, aullador negro y araña colorado.

Por desgracia, estas poblaciones se han visto afectadas por la destrucción de sus hábitats y el surgimiento de islas de bosques: “Allí se vuelve mucho más difícil para algunos grupos poder desplazarse y tener un rango de hogar en el que cumplan su papel”, sostuvo Smith.

Amenazados

El uso de estas especies como mascotas también les perjudica, aseguró el doctor Pedro G. Méndez-Carvajal, director y fundador de Fundación Pro-Conservación de los Primates Panameños (FCPP).

Conforme al experto, no son convenientes dentro de los hogares humanos, pues, aunque ciertos tipos son muy flexibles al cambio drástico de alimentación, eso les acorta la vida. “Son animales sociales y familiares, si crecen sin sus familiares no aprenden a defenderse en el mundo salvaje”.

La FCPP y el Grupo de Investigación de Primatología de la Universidad de Panamá (GIP-UP) están realizando investigaciones no invasivas a los monos en cada uno de los entornos panameños, para así conocer su población y distribución actual. Este conocimiento sirve para saber si están o no amenazados por algún proyecto de alta magnitud, como extracción minera a cielo abierto, construcción de hidroeléctricas o tala de árboles.

Mientras, en Chiriquí, la división del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) se dijo preocupada por la situación de estos mamíferos; solo en el primer semestre del 2022 rescataron a 11, que permanecían como animales de compañía.

“Se les evalúa y realiza un diagnóstico para saber en qué momento se pueden reubicar o liberar en un sitio que sea propicio para su crecimiento y supervivencia”, explicó Mariela Ríos, jefa de biodiversidad de la institución.

Los expertos instaron a la población a sembrar árboles nativos, no ofrecerles comida a los monos, mantener los ríos, no talar, evitar el uso de herbicidas y mantener las cercas vivas.