Monos enfrentan un complicado camino para recuperar su libertad

Foto: Panamá América. Los monos están expuestos a situaciones de abuso.

Fuente: Panamá América

Devolver a un mono a su hábitat natural es una tarea compleja. Además de los retos propios del proceso, también la falta de colaboración condena a los primates a una vida de abusos y maltrato.

Pedro Méndez-Carvajal, director de la Fundación Pro-Conservación de los Primates Panameños,  lamentó aquellos  casos en los que los monos han vuelto a manos negligentes luego de estar a un paso de recuperar su vida.

Así ocurrió con una infante de mono araña, a quien alguien rescató tras una caída y quiso mantener como si fuera un bebé. En primera instancia estuvo al cuidado de una voluntaria, sin embargo, luego se requirió la ayuda de Mi Ambiente.

«La llevamos a la reserva el Montuoso, donde no hay reportes de este mono. La idea era ir creando una población de animales rescatados de la misma especie. Los guardabosques empezaron a darle banana, a hacer todo lo que les pedí que no hicieran y a recibir visitas. La gente  le llevaba cabezas de guineo. Al final la mona engordó y se mantuvo cerca de la cocina de los guardaparques. Echaron para atrás toda la rehabilitación. Al final le pasan el animal a una pareja», expuso Méndez.

El biólogo  agregó que le quitaron el animal alegando que lo había abandonado, cuando su objetivo era que la segunda fase de rehabilitación se desarrollará con ayuda de los guardaparques.

Igual situación ocurrió con una mona rescatada de un circo, la cual luego pasó a manos de cuidadores extranjeros. De acuerdo a reportes de vigilantes de la fundación, la mona ha sido vista en brazos de personas, en lugares públicos y ferias.

Pero también hay historias de éxito, que evidencian la importancia de devolver los monos a su entorno natural.

La fundación ha logrado rehabilitar recientemente a tres monos cariblancos. A uno de ellos lo tenían amarrado en una ebanistería, en donde le daban alcohol, le tiraban objetos, había perdido un ojo y estaba expuesto al thinner.

«Al animal lo rehabilitamos en Los Santos y después lo llevamos a la isla de San Pedro. Nos han dado el apoyo porque la isla tiene bosques nativos y monos de esa especie. A él se mantuvo en entrenamiento para que aprendiera a cazar y a reconocer alimentos.  Un celador lo monitorea, gracias a la colaboración de la dueña de la isla», puntualizó el  docente universitario.

Méndez reconoce que hay funcionarios de Mi Ambiente que quieren colaborar, pero hay estructuras más arriba que no contemplan estos temas y se enfocan en otros aspectos.

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