Reservas privadas aspiran a que los delitos ambientales se castiguen igual a los de áreas protegidas
Fuente: Panamá América
La Red de Reservas Naturales Privadas de Panamá aspira a que los castigos que se aplican en las áreas protegidas estatales se repliquen en sus zonas, como respaldo al trabajo de conservación ambiental que realizan.
Samuel Valdés, presidente de las reservas privadas, explica que no es lo mismo cometer un delito ambiental en un área bajo el amparo del Estado, que en la de una persona particular.
«Esperamos que el convenio que tenemos con MiAmbiente permita que nos reconozcan y también que se traten los delitos ambientales ocurridos dentro de las reservas naturales privadas tal cual un delito ocurrido en un área protegida. Enfrentamos los mismos problemas porque nos convertimos en reservorio de biodiversidad de animales de caza, de madera, de especies de interés comercial y las personas se meten en nuestras fincas a sustraer los recursos», dijo Valdés a Panamá América.
Hace dos años, la Red de Reservas Privadas firmó un convenio con MiAmbiente, pero todavía no ha sido reconocida formalmente. Unos 50 miembros integran este grupo, el cual reúne más de 40 000 hectáreas de bosque destinado a la conservación.
«Tenemos una distribución nacional, desde Chiriquí hasta Darién. Cada integrante protege muestras de ecosistemas de las zonas», agregó Valdés.
Las reservas privadas presentan ventajas y desventajas. Entre los inconvenientes sobresale que no reciben fondos estatales para guardaparques y cuidados, pero contribuyen a mantener la conectividad de los ecosistemas.
«Ayudamos a complementar el mosaico de conservación que crean las áreas protegidas, porque en ocasiones en medio de una y otra no hay nada. Conectamos las áreas protegidas estatales con las reservas privadas», agregó.
Las reservas como centros de prácticas
Las reservas privadas, además de contribuir a proteger la biodiversidad, también son una opción para los estudiantes que realizan investigaciones en esta área.
Este es el caso de Jujuná, una reserva ubicada en Chiguirí Arriba (Penonomé) en la que estudiantes de tesis e investigadores pueden llevar a cabo estudios de biología.
«La biología requiere de experiencia práctica. Cada vez es más difícil para los estudiantes tener acceso a equipos y espacios de práctica. Este es un espacio pequeño, integrado por dos fincas, donde los estudiantes tienen acceso a una cabaña para hospedarse y estar cerca de un área vegetal», añadió Valdés.
En este sentido, Danilo Chiari, presidente de la Asociación de Ciencias Biológicas BioFuture Panamá recalcó que en este espacio de práctica los jóvenes llegan a aprender ciencia y a desarrollar sus tesis, además de tener un acercamiento con las comunidades.
«En esta reserva privada los muchachos pueden hacer su práctica profesional, de forma accesible, y con menos restricciones que en un área protegida. Es un lugar para que hagan sus pinitos en temas de investigación biológica», precisó Chiari.