Revertir la salinización y la sequía es clave para suelos sostenibles

Foto: La Estrella de Panamá. La degradación de la tierra ha reducido la productividad del 23% de la superficie terrestre mundial, arriesgando más de 577 mil millones de cultivos al año. En Panamá existen algunas estrategias, entre ellas un anteproyecto de ley de suelos.

Fuente: La Estrella de Panamá

La pérdida de suelos a causa de la desertificación, sequía y ahora la salinización pone en peligro la seguridad alimentaria y la biodiversidad en todo el mundo. En tal sentido, este 5 de diciembre la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) conmemora el Día Mundial del Suelo cuyo lema será “Detener la salinización de los suelos, aumentar su productividad”.

De acuerdo con el organismo internacional, la salinización es uno de los problemas más frecuentes del suelo sobre todo en las regiones más áridas o semiáridas. Y supone muchas dificultades para la agricultura, la seguridad alimentaria y la biodiversidad.

“La sal está presente de forma natural en la tierra y en el agua, y los suelos salinos pueden sustentar un ecosistema sano y rico. El problema viene cuando debido a sequías o actividades humanas inadecuadas, aumenta el contenido en sal de forma excesiva”, mencionó la FAO en su sitio oficial.

Ante esta realidad, Panamá ha intensificado sus estrategias para alinear esfuerzos de protección del suelo y así garantizar la gestión sostenible de los recursos para la supervivencia, a largo plazo, de las personas en el mundo.

Revertir la salinización y la sequía es clave para suelos sostenibles
Si los suelos pierden su fertilidad, muchos animales y plantas dejarán de existir o se reducirán en número.Cortesía

José Victoria, director nacional de Seguridad Hídrica del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), afirmó que para mejorar la situación actual de los suelos panameños se están realizando diversas iniciativas como el Plan nacional de restauración forestal (PNRF), que tiene como objetivo incrementar y promover el manejo sostenible de los recursos forestales, brindando oportunidades de restauración de terrenos con el apoyo directo de los productores para lograr que los suelos degradados se conviertan en suelos sanos a través de sistemas de gestión sustentable.

“Aunque el 62,06% de los suelos panameños mantiene condición estable, en el resto del país, un 13,9% se ha degradado y solo el 20,05% se encuentra en recuperación”, explicó Victoria.

A su vez, añadió que estas cifras son parte de un estudio preliminar basado en un enfoque de la Meta 15.3.1 del Objetivo de Desarrollo Sostenible 15.3, que resalta la situación en el arco seco (Herrera, Los Santos, Coclé, Veraguas, la sabana veragüense y la comarca Ngäbe Buglé), donde hay notables avances de recuperación, mientras que en Panamá este y Darién es notable la degradación de las tierras fértiles (13,9%), que han sido expuestas a la sequía y se han agrietado debido a la falta de lluvia.

“La degradación del suelo no es más que el cambio en la salud del suelo, resultando en una disminución de la capacidad del ecosistema para producir bienes o prestar servicios para quienes hacen labores en él. Actualmente la desertificación y la sequía son una problemática que ya ocasiona estragos en el mundo, pues tres cuartas partes de la tierra del planeta han sido alteradas por el ser humano para satisfacer la creciente demanda de alimentos, materias primas, carreteras y hogares. Esto agrava los problemas ya existentes en el mundo, tales como la pobreza, escasez de alimentos y de agua”, dijo el ingeniero.

Revertir la salinización y la sequía es clave para suelos sostenibles
La erosión provoca un daño que se puede revertir de manera lenta.Pixabay

Principales afectaciones

Los problemas que presentan los suelos panameños, según el ‘Estudio cualitativo de consulta nacional sobre el estado de la degradación de la tierra’, realizado de 2016 a 2017, son: erosión hídrica y eólica, degradación biológica, y deterioro físico y químico del suelo.

De acuerdo con Victoria, los eventos extremos, como inundaciones, traen degradación de los suelos, evidenciados en movimientos de masas de suelo, erosión, entre otros, que a su vez ocasionan pérdida de fertilidad del suelo, pérdida biológica y química del suelo.

“Los embates del cambio climático se reflejan en diferentes sectores y actividades. La escasez de agua que se da en fenómenos como la sequía, reduce la capacidad de supervivencia de la capa vegetal sobre los suelos, lo que disminuye su facultad de secuestro de carbono y, en consecuencia, afecta la biodiversidad”, señaló.

Revertir la salinización y la sequía es clave para suelos sostenibles
Un suelo rico en minerales y fértil, tiene un alto porcentaje de agua en su interior.Pixabay

A fin de disminuir estos daños, “MiAmbiente se encuentra elaborando el anteproyecto de ley de suelos, procurando integrar el manejo sostenible de la tierra (MST) en los procesos de toma de decisión clave de Panamá. La meta general de este anteproyecto es garantizar el uso y manejo sostenible del suelo, a través de su conservación y recuperación de forma ordenada a nivel nacional, estableciendo mecanismos y alianzas para la acción integrada con la sociedad civil, empresas privadas e instituciones competentes en la materia”, aseguró Victoria.

También dijo que uno de los proyectos más emblemáticos es la creación del plan nacional contra la sequía, alineado con el plan nacional de seguridad hídrica, cuyo propósito es promover un cambio de enfoque en la manera que se gestiona la sequía, “ya que la planificación temprana es la clave para prevenir y mitigar con mayor eficiencia los posibles daños que se puedan generar”.

De acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (Cnuld), celebrada en Costa Rica el pasado 17 de junio, para conmemorar el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, la degradación de la tierra ha reducido la productividad del 23% de la superficie terrestre mundial.

Adicionalmente, el cambio climático aumenta también las probabilidades de agravar la sequía y la escasez de agua en muchas partes del mundo. Para 2025, 1,800 millones de personas experimentarán una escasez absoluta de agua y dos tercios del planeta vivirá en condiciones de escasez de este líquido, según datos de la Cnuld.

Según un informe de la plataforma intergubernamental de ciencia y política sobre biodiversidad y servicios de los ecosistemas de 2019 de Naciones Unidas, actualmente 1 millón de especies enfrentan la extinción debido a la pérdida de ecosistemas.

Un informe de la Iniciativa por la Economía de Degradación del Suelo reveló que, si seguimos al ritmo actual, en 2050 habrá una caída estrepitosa en el rendimiento de los cultivos agrícolas de hasta 10% a nivel global, y 50% en algunos casos extremos. Lo anterior significaría también un aumento de hasta 30% en el precio de los alimentos.

Para saber cómo revertir esta realidad, primero es necesario entender que la tierra sana es sinónimo de almacenamiento natural de agua dulce. Si está degradada, no se cumple esta función.

Dato de interés

Para Victoria, Panamá tiene un alto potencial para revertir las pérdidas de suelo, promoviendo prácticas de restauración forestal que aumenten la prestación de servicios de los ecosistemas. Conservando nuestros suelos, aseguramos un mejor ambiente para todos.

“Gestionar mejor la tierra y ampliar masivamente su rehabilitación es esencial para desarrollar la resiliencia de la sequía y la seguridad hídrica. La restauración de la tierra es la solución más barata y eficaz para mejorar el almacenamiento de agua, mitigar los impactos de la sequía y abordar la pérdida de biodiversidad”, comentó.

Dentro de compromisos de más de 100 países en la lucha contra la desertificación y sequía de los suelos está la restauración de unos 800 millones de hectáreas (casi el tamaño de China) a lo largo de los próximos 10 años, en el marco del Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas 2021-2030.

Actividades que deben cesar

Sobrepastoreo: Se produce cuando una zona es deforestada continuamente por un grupo de animales que no permiten la recuperación del área, lo que genera un deterioro del suelo y una falta de fertilidad a la larga.

La agricultura intensiva: en este caso se trata del uso continuado de los suelos para sembrar y así obtener la mayor cantidad de producción en un año. Antiguamente, los suelos podían descansar en los meses de otoño e invierno o en los periodos de mucha sequía, esperando la temporada de lluvias.

Pero actualmente las empresas y los mercados en general demandan una cierta cantidad de alimentos, que ha propiciado el uso progresivo de los suelos, acarreando un desgaste del mismo, lo que acelera la erosión.

Deforestación: la tala progresiva de grandes extensiones de tierra, bien sea para producir bienes, crear carreteras o cualquier otro tipo de infraestructura civil, así como el crecimiento de las ciudades, está dejando inservibles grandes extensiones de tierra, que se pueden utilizar para generar alimentos para todas las personas que habitan el planeta.

De no haber una restauración o iniciativas sostenibles, se estima que para el año 2050 el 90% de los suelos que componen el planeta esté degradado totalmente.

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