Agravamiento de la propagación de la pandemia en Panamá
Por: Prof. Alfonso Pino Graell
Director del Laboratorio de Física de la Atmósfera y colaborador del
la Unidad de Observación en Sociedad, Ambiente y Ordenamiento Territorial
de la Universidad de Panamá
Publicado por Bayano Digital
Nos encontramos en los primeros días del mes de enero de 2021. El año que concluyó fue duro y muy difícil. Estuvo plagado de sinsabores, de angustias y de mucho dolor en el alma. Vimos partir a colegas y a amigos. Hemos visto cómo amigos y familiares han padecido los terribles síntomas del SARS-COV2. Pero debemos continuar adelante sin desfallecer. Debemos mantener nuestro espíritu de lucha para superar los difíciles momentos que atraviesa nuestro país y el planeta en general.
Debemos aprender de esta terrible prueba por la que estamos pasando. Ese aprendizaje nos debe llevar a construir una sociedad más justa, más equilibrada, más armoniosa y más solidaria, sin tanta desigualdad social como la que existe hasta este momento. Deseo que el Altísimo, a quien yo denomino CONCIENCIA CÓSMICA, derrame bendiciones sobre ustedes y les conceda prosperidad y salud en este nuevo año que estamos iniciando.
Ante el panorama que nos ha dejado la pandemia del COVID-19, les comparto un breve informe de la evolución de la misma en nuestro país. Los datos fueron procesados hasta el 31 de diciembre de 2020.
La cifra de total de casos acumulados informada por el MINSA para el 31 de diciembre fue de 246 790. La cifra correcta es 248 222 casos acumulados. Desde septiembre del 2020, el MINSA presenta un error en el número de casos acumulados. Esto tuvo su origen en un ajuste efectuado por dicha institución en casos diarios que, supuestamente, habían sido repetidos durante varios días.
Como ya hemos señalado en anteriores publicaciones, la pandemia se inicia con un crecimiento lento seguido de un crecimiento en progresión geométrica, es decir, exponencial. Posteriormente, si las medidas de contención y mitigación van teniendo efecto, esa fase de rápido crecimiento tiende hacia una fase de crecimiento más lento, de tipo lineal.
Finalmente, si las medidas adoptadas continúan siendo efectivas, el crecimiento del número de casos diarios comienza a disminuir, hasta alcanzarse una etapa en la cual el aumento de casos diarios se hace cada vez menor, de tal forma que, para un intervalo de tiempo muy largo, tiende a cero.
Al llegar a esta fase, la curva sigmoidal relativa al total de casos acumulados se aplana. Esta última etapa de la evolución de una pandemia o de una epidemia es conocida como etapa de aplanamiento o plateu. Esta evolución de una pandemia se cumple a condición de que no haya un rebrote. Creo que todos deben estar conscientes que esa evolución de la pandemia de coronavirus en Panamá no se ha cumplido.
Las medidas de contención y de mitigación no han sido efectivas, no han funcionado. Por tanto, la pandemia regresó de la fase lineal a la fase exponencial. Es importante señalar que la tasa o ritmo de crecimiento exponencial, ahora en este rebrote, es casi dos veces mayor que la tasa de crecimiento exponencial que se registró en julio de 2020. La función sigmoidal de Gompertz modela, adecuadamente, el comportamiento de las epidemias y pandemias.
Hasta el 28 de noviembre, el comportamiento de la pandemia se encontraba en la fase lineal. Del 29 de noviembre a la fecha, la función sigmoidal de Gompertz tiende hacia una función exponencial creciente, con un tiempo de doblaje del número de casos diarios de, aproximadamente, 21 días. El tiempo de doblaje es el tiempo que tarda la variable dependiente, en este caso, el número de casos diarios, en asumir un valor dos veces mayor que el correspondiente a un determinado día.
El total de casos acumulados desde el 1 al 31 de diciembre asciende a 80 mil 989. En las 3 últimas semanas (del 10 al 31 de diciembre), el promedio de casos semanales ascendió a 21 mil 273 casos, lo cual corresponde a un incremento porcentual promedio de + 24,9%. En cambio, en las 3 últimas semanas de noviembre (del 5 al 25 de noviembre), el promedio de casos semanales fue de 7 mil 503 casos. El total de casos registrados durante la última semana de diciembre de 2020 fue 3,0 veces superior a la que se registró durante la última semana de noviembre.
El crecimiento porcentual del número de casos semanales ha ido evolucionando de la forma siguiente, con relación a la semana anterior: del 3 al 9 de diciembre, 26,2 %, del 10 al 16 de diciembre, 24,4%, del 17 al 23 de diciembre, 19,7 %, del 24 al 31 de diciembre, 30,6%. Todo indica que la tendencia en la evolución de la pandemia ha regresado de la fase lineal a la exponencial, tal como lo fue en el mes de julio.
En lo relativo al comportamiento diario de la pandemia, se ha observado que el promedio de casos diarios en la última semana de diciembre de 2020 ascendió a 3 mil 317 casos diarios. Este escenario es de extrema gravedad para nuestro endeble sistema de salud en pleno proceso de colapso, particularmente, si el tiempo de doblaje del número de casos diarios se mantuviese en 21 días, como se ha podido observar hasta el día de hoy.
En una de las gráficas de barras que incluimos en esta publicación se puede observar que el número de casos acumulados durante el mes de noviembre fue 53,3% veces superiores al total de casos acumulados que fueron registrados durante el mes de octubre. El total de casos acumulados registrados durante el mes de diciembre constituyó un 151,5% de los casos que se registraron durante el mes de noviembre.
Con la data que se posee hasta el momento, el control de la pandemia, con una ponderación del 99,9% podría alcanzarse a mediados de septiembre de 2022. Es importante aclarar que esta situación se daría en ausencia de vacuna.
Por ello, es de extrema importancia establecer la efectividad de las vacunas que se adquieran y, además, establecer, con toda certeza, que son completamente seguras sin ningún resultado adverso. Por supuesto que el control de la pandemia dependerá también de la efectividad de las medidas adicionales de mitigación que se aplicasen.
Hasta el momento, las medidas adoptadas no han surtido efecto. A consecuencia del precario apoyo económico que ha sido brindado a la población, mediante bolsas de comida o bonos de $ 100 mensuales, un porcentaje significativo de personas diagnosticadas como positivas está saliendo a la calle a fin de buscar su sustento diario. En adición a lo anterior, un porcentaje no despreciable de pacientes asintomáticos están saliendo a la calle con la consiguiente rápida propagación de la infección.
El número máximo de pacientes infectados por COVID-19, al alcanzarse el aplanamiento o plateau de la curva, aumentó nuevamente a 870 mil 300 casos acumulados. Esta cifra representa lo que suele denominarse el horizonte de la pandemia, es decir, el número de casos esperados al final de esta.
Es importante aclarar que después de alcanzar el pico del número de casos diarios, a la pandemia le faltan muchos meses más para ser controlada a un nivel tal que sólo se registrasen entre 20 y 30 casos diarios. Esto obedece el hecho de que las epidemias y pandemias evolucionan de forma asimétrica, al igual que lo hace la función de Gompertz.
Esto significa que el intervalo de tiempo que transcurre desde que se alcanza el pico de la pandemia hasta que se llega al final de esta, es de 2,0 veces más largo que el intervalo de tiempo que transcurre desde el inicio de la pandemia hasta que se alcance el pico de la misma.
La tasa de letalidad o defunción por COVID-19 es de 1,65 %, al 31 de diciembre. De acuerdo con datos estadísticos cuya fuente es la John Hopkins University, en el caso de Panamá, la tasa de mortalidad por cada 100 mil habitantes, para el 31 de diciembre, asciende a 96,3, la cual constituye la quinta más alta de nuestro continente, después de Perú, Estados Unidos, México y Argentina (ver la tabla correspondiente a la tasa de mortalidad).
Sin embargo, el MINSA ha optado por no hacer referencia al dato relativo a la tasa de mortalidad de nuestro país. En lo relativo al porcentaje promedio de positividad correspondiente a la última semana, este asciende aproximadamente a 26,0 %., lo cual constituye un aumento significativo con relación al que se registró en los meses de agosto, septiembre y octubre.
La forma en que ha evolucionado la pandemia en Panamá ha puesto en evidencia la profunda desigualdad social existente en nuestro país. Es un hecho indiscutible que los sectores más afectados por la pandemia, en nuestra sociedad, son aquéllos pertenecientes a las capas que se encuentran en condiciones de pobreza y de pobreza extrema.
Las condiciones de hacinamiento que sufren nuestros conciudadanos ubicados en este sector de la sociedad panameña, favorecen la rápida propagación del SARS-COV2. Por otro lado, para este segmento de nuestra población, el acceso a los servicios de salud es completamente deficiente.
A este respecto cabe señalar que, en su última publicación, denominada “La Matriz de la Desigualdad Social en Panamá” (2020), la CEPAL plantea lo siguiente: “A pesar de algunos avances en su crecimiento económico, Panamá sigue siendo más desigual que el promedio de América Latina que, a su vez, es la región más desigual del planeta”.
En los momentos actuales de crisis sanitaria que estamos viviendo, ha quedado en evidencia que las políticas neoliberales son, en extremo, inhumanas por cuanto que están orientadas hacia la privatización de servicios que deben ser completamente gratuitos para todos los sectores de la comunidad tales como la salud, la seguridad social y la educación.
Para concluir, me atrevo a plantear que, a mi juicio, la pandemia de COVID-19, acentuará la pobreza y la desigualdad social en nuestro país.