Fuente: La Estrella de Panamá

Al crecer las ciudades, la densidad de la población se incrementa e igualmente aumentan las zonas urbanizadas. Cambia la geomorfología de sus áreas y lo que era verde pasa a ser gris.

En la publicación del Banco Mundial (BM) ‘Ciudades e inundaciones, guía para la gestión integrada del riesgo de inundaciones en ciudades en el siglo XXI’, la organización hace un llamado de atención a los creadores de políticas, puesto que la situación de las inundaciones urbanas está aumentando como consecuencia del cambio climático y la carencia de ordenamiento territorial con enfoque de sostenibilidad.

Indica esta guía ilustrada que las inundaciones en ciudades son un grave desafío para el desarrollo y la vida de sus habitantes, en especial para aquellos que viven en ciudades latinoamericanas. Esto se debe a que las inundaciones son un fenómeno global que causa devastación, daños económicos y pérdida de vidas humanas, siendo el desastre natural más frecuente.

El BM reporta que el número de inundaciones ha crecido en los últimos 20 años, por ejemplo, en el año 2010, 178 millones de personas fueron afectadas por inundaciones, lo que causó pérdidas que sobrepasaron los $40 mil millones.

“A nivel global, las áreas urbanas en riesgo han sido particularmente afectadas por los crecientes impactos de las inundaciones, lo que imprime un sentido de urgencia a la necesidad de hacer que el manejo del riesgo de inundaciones en asentamientos urbanos tenga alta prioridad en la agenda política y las políticas”, afirma.

Es decir, la comprensión de las causas y efectos de los impactos de las inundaciones y el diseño, la inversión en medidas para minimizar estos impactos y su implementación deben ser parte integral del pensamiento actual sobre el desarrollo, y deben integrarse en las metas más amplias del desarrollo.

¿Qué factores influyen en la generación de las inundaciones urbanas?

Referente a esto, el BM señala que la urbanización carente de planificación y manejo adecuado es un factor preponderante en la creciente amenaza de inundaciones, debido al inadecuado cambio en el uso del suelo.

Así, las ciudades sufren grandes expansiones, tanto en sus periferias como en sus centros, creando aglomeraciones de personas en asentamientos no planificados en llanuras y áreas inundables en las costas y tierra adentro.

Un ejemplo de esto son algunas urbanizaciones en ciudad de Panamá, donde los terrenos bajos en los que se ha creado el desarrollo inmobiliario son rellenos de las planicies de inundaciones de los ríos y quebradas en la capital. Hay sectores donde las casas han quedado incrustadas en la ribera de los ríos o en sus quebradas.

Otro factor que impacta en las inundaciones es el cambio climático que está alterando los patrones meteorológicos asociados a lugares con clima más cálido, lo que eleva el potencial de causar más inundaciones, debido a los impactos directos e indirectos en el incremento del ritmo de elevación del nivel del mar, que es uno de los factores que agravan los daños por inundaciones en las zonas costeras; y en el impacto que genera el cambio de los patrones de lluvia locales, lo que conlleva a inundaciones ribereñas más frecuentes y a niveles más altos, así como a inundaciones repentinas más intensas.

Un ejemplo de la confluencia de estos factores fue la lluvia del día 12 de octubre de 2022 en ciudad de Panamá, que fue intensa, rápida e inundó las áreas urbanas.

Las políticas públicas

En la estrategia de resiliencia de la ciudad de Panamá se establece que es imprescindible el entendimiento de vulnerabilidades físicas como base de una ciudad segura, y por ello registran como hallazgo que “las recurrentes inundaciones sugieren que estas son percibidas como una tensión importante, detonada por fallas en la infraestructura básica y una carencia histórica de planificación integrada a largo plazo, además del incumplimiento de los códigos y normas de construcción de espaldas a la realidad del cambio climático. De allí, que determinan la importancia de los códigos de construcción y desarrollo urbano guardan una marcada relación con la necesidad de entender las vulnerabilidades físicas ante posibles impactos como los riesgos de terremotos, tsunamis y deslizamientos.

La estrategia de resiliencia señala que estudios recientes sugieren que las inundaciones en Panamá tienden a localizarse en áreas en donde las cuencas se han canalizado y cementado, registrándose la inundación “más desastrosa en los últimos 10 años en la zona del río Juan Díaz, en septiembre de 2004, afectando a 12.986 personas, 2.770 viviendas y dejando un saldo de 13 muertos”.

Lo anterior es un ejemplo de la necesidad de comprender los tipos y causas de inundaciones, sus probabilidades de ocurrencia y su expresión en términos de extensión, duración, profundidad y velocidad. Que el enfoque no sea el volumen de agua que se genera durante una, sino geoespacialmente dónde se ubican y qué niveles de inundación se alcanzan.

Este entendimiento es esencial para diseñar medidas y soluciones que puedan prevenir o limitar los daños de un tipo específico de inundación.

Información detallada que responda a las preguntas, dónde y con qué frecuencia es posible que ocurran inundaciones, qué población y activos ocupan las áreas de potencial afectación, cuán vulnerables son las personas y sus asentamientos, cómo se planifican y desarrollan los asentamientos, y qué están haciendo para reducir los riesgos por inundación, es clave para comprender qué medidas de gestión del riesgo de inundaciones se requerirán.

Con esta información se llega a comprender que el riesgo de inundaciones evoluciona con el tiempo, y por eso los diseñadores de políticas públicas o privadas deben explorar cómo incorporar información sobre los modelos utilizados para proyectar el cambio climático a distintas escalas, de manera que se estimen y comprendan las incertidumbres relacionadas con esos resultados.

En la actualidad es inevitable la expansión urbana, no obstante, esta puede ser extremadamente positiva si se estima el riesgo de inundaciones, tomando en cuenta lo que respecta a la escala y distribución espacial de las poblaciones. Esto permitiría un desarrollo urbano sostenible porque toma en cuenta el impacto del cambio climático en el país.

Con el diseño de políticas públicas, que tomen en cuenta el impacto del crecimiento urbano futuro en el riesgo de inundaciones, los tomadores de decisiones dan apertura a que los habitantes urbanos estén informados y decidan si ocupan o no las zonas de riesgo de inundación.

Medidas para prevención de las inundaciones

La estrategia de resiliencia de la ciudad de Panamá contiene varias acciones para mitigar y controlar las inundaciones; describe medidas no estructurales que apoyan la prevención de las inundaciones, como la planificación y gestión de la respuesta ante emergencias, incluyendo alertas y evacuación.

Incluye acciones para propiciar el aumento de la preparación a través de campañas de sensibilización, puesto que incorpora procedimientos para reducir el riesgo de inundaciones en ciudades, como el mantenimiento de desagües limpios a través de una mejor gestión de residuos sólidos.

La estrategia busca evitar inundaciones mediante la planificación del uso del suelo, como se ve en la Ley de Inundaciones de Alemania y reglamentos de planificación en Inglaterra y Gales, donde el Estado ha mejorado los códigos de diseño y construcción de edificaciones, en áreas inundables.