MiAmbiente aclara situación de los felinos en Panamá ante conflictos reportados con humanos

Foto: Metro Libre. Ya a habido 4 incidentes con felinos silvestres en lo que va del año.

Fuente: Metro Libre

La caza de subsistencia en algunos lugares del país  obliga a que los felinos busquen como opción de alimentos a los animales domésticos, explicó el biólogo Ricardo Moreno.

Durante el mes de enero de este año se reportaron cuatro casos de conflictos entre seres humanos y felinos, según MiAmbiente.

En Panamá,  desde 1998 al 2022 han muerto 377 jaguares debido a lo que se conoce como conflicto felino-ser humano.
Moreno detalló  que “una situación muy común es que cazadores (furtivos, cazadores de subsistencia), cazan a las presas del jaguar, situación que obliga al felino a buscar otras opciones de alimento, en este caso, los animales domésticos que crían los seres humanos (perros o vacas, entre otros)”.

El jaguar y otros felinos, son depredadores por naturaleza, que al quedarse sin alimento se suplen de animales domésticos que regularmente viven en comunidades y fincas cercanas a las áreas boscosas, mismas que poco a poco el ser humano ha deforestado, dejándolos sin opciones, dijo.

Agregó que “a su vez, la tala y la quema de los bosques para la agricultura y la ganadería son factores negativos que han ocasionado que al menos 54% del área de distribución original del jaguar se haya perdido”.

La deforestación, la ampliación de la frontera agrícola y construir casas a pie de ríos y bosques de galerías, son situaciones que reducen considerablemente la cobertura boscosa y por ende el rango de acción del jaguar y de otros felinos.

Las principales presas de los jaguares y de los pumas son especies de talla mediana a grande, como los venados, los saínos, puercos de monte, conejo pintado, perezosos, el tapir, caimanes, tortugas, entre otras especies.

La gran mayoría de las especies que se han mencionado se han constituido también en el alimento de muchas personas, que las matan para la venta (ilegal), esto hace que haya una competencia directa entre los felinos y el ser humano por el alimento.

Reportes nacionales

En diciembre se reportó un caso de un jaguar asesinado en la comarca Guna Yala. En enero de 2022 se han reportado cuatro casos de conflictos entre seres humanos y felinos:

– Un ocelote de edad juvenil, fue encontrado malherido (atropellado) en la vía Panamericana en Darién.
– Una cría de ocelote fue entregado de forma voluntaria a personal de MiAmbiente en Chiriquí.
-Un ataque de un subadulto de ocelote hacia un ciudadano en el área de Clayton, provincia de Panamá
 
El último caso se registró en Veraguas, donde moradores de la comunidad de Guabal en el distrito de Santa Fe, se mostraron molestos por el presunto ataque de unos felinos a perros y otros animales domésticos, mencionó MiAmbiente.
Técnicos del Ministerio de Ambiente, acudieron al lugar para recabar más datos y conocer a ciencia cierta lo ocurrido. Además, se inició un proceso de educación ambiental, centrada en la protección y conservación de felinos.
Eric Núñez, jefe del departamento de biodiversidad del Ministerio de Ambiente, hizo hincapié en que si eventualmente se logra detectar la presencia de un felino merodeando los predios de una comunidad o residencia, no significa que el animal esté acechando al humano. Podría estar de paso o posiblemente está viendo la posibilidad de cazar a un animal doméstico.

MiAmbiente aclaró que en Panamá existen seis especies de felinos silvestres: Jaguar, Puma, Ocelote, tigrillo, Yaguarundi y Oncilla. “Por lo tanto, no es correcto decir que tenemos tigres, leones y leopardos en el país.  En los últimos días circula en redes información falsa en donde se afirma que se ha evidenciado a estos animales”. 

En el caso del jaguar resaltaron  que “no hay un solo registro confirmado en Panamá de un ataque a una persona, estos animales, al igual que otros felinos silvestres,  ante la presencia humana tienden a alejarse por sí solos, evitando los encuentros”.

“Ahora bien en situaciones muy particulares en donde se vean amenazados, acorralados, y especialmente si hay crías de por medio, es muy posible que su comportamiento cambie hacia las personas”, aseveró Núñez.

 Reiteran no es normal que un animal silvestre de la nada ataque a una persona, a menos que existan factores que induzcan tal comportamiento, como cuando son sometidos al mascotismo. 

Otra situación muy reiterativa, es que se les acostumbra a buscar comida en residencias, o cuando se les intenta acorralar y/o atrapar, separar la madre de las crías.

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