Smithsonian impulsa el establecimiento de mamíferos marinos en Ecuador

Foto: El Siglo. Las ballenas azules alcanzan casi 30 metros o 100 pies de largo y viven entre 80 y 90 años.

Fuente: El Siglo

Científicos como Héctor M. Guzmán del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) están celebrando la reciente decisión del Grupo de Trabajo de Áreas Protegidas de Mamíferos Marinos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) de aceptar su propuesta para designar a la cordillera submarina de Carnegie, un área que abarca más de 450 mil kilómetros cuadrados (casi 174,000 millas cuadradas) desde el archipiélago de las Galápagos hasta el continente, como Área Importante de Mamíferos Marinos (IMMA por sus siglas en inglés).

«Estamos encantados de que la UICN haya aceptado nuestra propuesta de designar el área de la cordillera submarina de Carnegie como IMMA y esperamos que conduzca a una mayor protección de los mamíferos marinos y su hábitat», comentó Guzmán.

Desde el 2016, el grupo de trabajo ha identificado 160 IMMAs, aproximadamente un tercio del área oceánica del mundo.

Las IMMA no son Áreas Marinas Protegidas y no tienen estatus legal, y se definen como «porciones discretas de hábitat, importantes para las especies de mamíferos marinos, que tienen el potencial de ser delineadas y administradas para la conservación».

Pero grupos independientes de expertos, libres de presiones políticas y económicas, siguen criterios claros para proponer áreas específicas de hábitat de mamíferos marinos como IMMA, con la esperanza de que las iniciativas de conservación nacionales o internacionales sigan su ciencia a través de un cronograma de acción claro.

Los participantes en la Conferencia Shipstrike de 2014 en Panamá discutieron por primera vez la idea de establecer las IMMA como base para futuros esfuerzos de conservación, tema que se desarrolló más en un taller en Grecia en el 2019. 

«La IMMA de la cordillera submarina de Carnegie subraya la importancia crítica de la geografía submarina en la configuración de la biología en el Pacífico Tropical Oriental», comentó Joshua Tewksbury, director de STRI.

Los mamíferos marinos dependen del hábitat tanto superficial como profundo a lo largo de la cordillera submarina de Carnegie, un área de corteza oceánica engrosada que se extiende desde el punto clave en las Galápagos hasta algún lugar debajo del continente de América del Sur, como un trampolín a medida que migran miles de millas.

La nueva IMMA de la cordillera submarina de Carnegie cumplió con los criterios: como hábitat sensible para la migración y reproducción de ballenas azules y cachalotes en peligro de extinción y como hogar de mamíferos marinos: la ballena de Bryde, Balaenoptera edeni; delfines comunes, Delphinus delphis; ballenas jorobadas, Megaptera novaeangliae; el zifio pigmeo, Mesoplodon peruvianus; orcas, Orcinus orca; falsas orcas. 

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